martes, 5 de mayo de 2009

Las elecciones del 7J


Escrito por Pedro Sánchez Gabaldón
En febrero de 1848 se publicó en Londres, por primera vez, el "Manifiesto del Partido Comunista" de Marx y Engels. Comenzaba diciendo: "...Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma: el Papa y el Zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes..."

Con motivo de la fiesta del 1º de mayo, que tuve el gran honor de compartir con unos pocos compañeros socialistas de Conceptes y con muchos otros compañeros del partido y en general de gentes progresistas y de izquierdas y después de oír los parlamentos de los compañeros secretarios de UGT y Comisiones Obreras, se me ocurre pensar que en estos momentos habría que decir que otro tipo de fantasma recorre Europa, el fantasma del neoconservadurismo más feroz que no se resiste a desaparecer y no sería malo que en este caso todas la fuerzas progresistas se unieran para acosar a ese fantasma.

Conviene recordar, en estos momentos en los que está a punto de comenzar la campaña electoral para los comicios del 7J, lo que verdaderamente nos jugamos en estas elecciones, como puede afectar a la clase trabajadora, a la que pertenecemos y a la que, sin duda, políticamente, debemos representar, la conformación del Parlamento Europeo.

En el mes de diciembre y gracias a la presión de los sindicatos, el PP europeo no logró los votos necesarios para que el Consejo diera luz verde a la famosa directiva de las 65 horas semanales.

El logro de las cuarenta y ocho horas de trabajo que costó, incluso la vida, a un puñado de trabajadoras estaba en vías de desaparición, se podría pensar que en vez de caminar hacia las mejoras que el S. XXI nos prometía íbamos hacia las tinieblas del XIX.

Al respecto, cabria preguntarse. ¿Qué hubiera pasado si la derecha reaccionaria europea de la que forma parte el PP, hubiera sido suficientemente numerosa para sacar adelante esta directiva?. Es evidente que ya estaríamos trasponiendo esa norma a nuestro ordenamiento laboral, y ¿No cuestionaría esa Directiva toda nuestra política en cuanto al llamado Estado del bienestar?. ¿Cómo hubieran quedado afectadas las relaciones familiares?. ¿Cómo hubiera quedado el necesario equilibrio entre la vida laboral y la familiar?. ¿Se hubiera llegado por ese camino al trabajador disponible full time?. ¿Cómo se hubiera conformado el tiempo de ocio y por consiguiente una buena parte del sector servicios?.

Quiero llevar al ánimo del lector, cómo una sola Directiva, que obliga a todos los socios de la Unión en virtud de los acuerdos de adhesión, hubiera transformado, si la derecha, se hubiera bastado por sí sola para aprobarla en el Parlamento Europeo, toda nuestra vida.

Y es eso lo que nos jugamos en las elecciones del 7J, porque los gobiernos locales han cedido buena parte de su soberanía en aras de un gobierno supranacional que está encarnado en el Consejo Europeo que colegisla con el Parlamento Europeo, y es por ello que dependiendo del color político que ese parlamento tenga las políticas europeas serán más progresistas o más regresivas.

Ya hemos visto como en la reunión de Varsovia, el Sr. Rajoy, ante la cúpula del PP europeo se regodeaba junto a Barroso de lo mal que marchaba la economía española, siendo esto cierto, no lo es menos el que si un socialista hubiera hecho lo mismo, los señores del PP le hubieran tildado de antipatriota. También explicaba las recetas de su partido para acabar con la crisis: menos inversiones, menos gasto social , o sea, y esto lo digo yo, menos protección al desamparo, menos obras y como consecuencia más marginación y más paro.

Bueno pues estas son las políticas que aplicarán en Europa si el PP europeo gana las elecciones del 7J. Así es que en contra de la resignación de algunas instancias, por cierto, altas instancias del PSPV, nosotros debemos animar a la participación, como ya hemos hecho y a la implicación de todas y todos en este proceso en el que tanto nos jugamos. Tenemos que llenar las urnas de puños y rosas para demostrar a la derecha cavernícola que gobierna en Valencia y que acecha en toda España que la izquierda en el País Valencia está viva que no vamos a consentir más mentiras ni fuera ni dentro, que además de la solidaridad, la justicia social y la fraternidad, también el más escrupuloso respeto a la Ley, con mayúscula y con minúscula y la honorabilidad son así mismo nuestras más íntimas señas de identidad, por todas ellas lucharon muchos progresistas a los que honraremos participando.

No quisiera yo terminar por dar la razón a aquellos que hablaban de la Europa de los mercaderes porque creo que si Europa ha de ser algo lo será plenamente cuando sea ciertamente la Europa de los ciudadanos y para conseguirlo es preciso un Parlamento Europeo con mayoría de izquierdas, con una mayoría de socialistas españoles presentes en Europa.