martes, 9 de febrero de 2010

Ciscar alerta del peligro de invisibilidad social del PSPV y de que sea irrelevante


Lamenta que un partido con el 35% del voto no es capaz de pasar factura al PP por el veto en Bancaja

Es conocido el dicho según el cual los niños y los borrachos son los únicos que dicen siempre lo que piensan. En política hay una categoría que supera a las anteriores en sinceridad, que es hija del atrevimiento. Son los que están de vuelta, los que tienen ya saldadas las hipotecas, aquellos bautizados por Felipe González, refiriéndose a sí mismo, como jarrones chinos. Si encima, al político le adorna el criterio y la distancia justa para tener perspectiva sin perder detalle, entonces se convierte en una seria amenaza. Por ejemplo Ciprià Ciscar Casaban, diputado en el Congreso, ex secretario de organización del PSOE, ex conseller y, en otros tiempos, padre de una de las clásicas familias del partido.
Su voz fue una de las que se escuchó en el comité nacional del PSPV del sábado y no fue precisamente para hacer de coro. Fue de los últimos en tomar la palabra -intervinieron unos veinte miembros del máximo órgano entre congresos- y lo hizo para alertar del peligro de que el PSPV siga perdiendo espacios de influencia y presencia social. Proclamó el riesgo de que el peso del partido en la acción política esté muy por debajo del 35% logrado en las urnas en las autonómicas de 2007.
El presidente de la comisión de Defensa del Congreso puso como ejemplo que debería encender las alarmas el episodio del veto del presidente Francisco Camps y del PP a los socialistas en Bancaja. Para Ciprià Ciscar, lo que debería motivar una reflexión no es la censurable operación urdida por el PP -vino a decir- sino la incapacidad del partido para dar una respuesta al Consell y de haber encontrado en el empresariado o en otras esferas sociales cierto eco y respuesta solidaria para pasar factura a Camps. El problema, en definitiva, es que menospreciar al partido sale gratis por la escasa imbricación social que tienen los socialistas, que no cuentan con prácticamente ningún aliado. Esa fue la línea argumental. Algunos presentes se quedaron atónitos, más aún al escuchar al ex conseller señalar, al hilo de las oportunidades de victoria que se abren para el PSPV dada la coyuntura Gürtel y la parálisis del Consell denunciada por Alarte, que a más opciones de victoria, más responsabilidad se demanda. Para rematar su intervención, expresó sus dudas sobre la pulsión de cambio que desde la ejecutiva se quiere vender.
Ciscar quiso diferenciar entre el voluntarismo de querer ganar y la percepción real de deseo de victoria del PSPV en la calle. Dicho todo lo cual, el ex dirigente federal dio las gracias, bajó de la tarima y se largó para desesperación de un Jorge Alarte que, según varios de los presentes, no tiró precisamente de manual de diplomacia en su respuesta a quien en su día fue su gran valedor. Ciscar lo impuso como candidato a la alcaldía de Alaquàs y hasta le permitió hacer la lista y lo postuló para altas misiones en el PSPV, en la astracanada de congreso de septiembre de 1999.
El líder socialista lamentó que "Cipriano" no estuviera ya en la sala y, en tono de desdén, subrayó que el PSPV no había cedido al chantaje del PP, que había exigido a Blanquerías la retirada de la querella Gürtel como condición para cumplir el pacto en la caja y permitir que el ex diputado José Camarasa fuera nombrado vicepresidente de la entidad.

Que nadie se acerque al PSPV
Otro que intervino fue el portavoz en la diputación, Rafael Rubio, quien propuso que se estudien medidas incluso legales como respuesta al que considera indecente tratamiento informativo de Canal 9. Señaló que la denuncia de la manipulación de TVV es un asunto transversal que genera consenso en la sociedad progresista, una cuestión que no debe ser desaprovechada por más tiempo, vino a señalar. También aludió a esa especie de cordón sanitario fijado por el Consell según el cual cualquiera que se acerque a los socialistas queda estigmatizado y condenado al ostracismo, Y ello, subrayó, complica al partido las relaciones con la sociedad.
La secretaria del PSPV de Alicante, Ana Barceló, pidió a Blanquerías más c0ordinación con ella y la concejala alicantina Carmen Sánchez Brufal agitó la bandera provincial en el conflicto de las basuras. Desde FSP-UGT, tomaron la palabra Luis Lozano y Ramón Vilar, para defender las posiciones sindicales en el "pensionazo".

El propio José Camarasa no daba crédito a lo que estaba escuchando desde el asiento que ocupó en el salón de actos Ernest Lluch como miembro del comité nacional. En pleno debate sobre el veto al PSPV en Bancaja, sobre la bofetada al partido en el culo de Camarasa, el líder del partido, Jorge Alarte, anunció que iba a contar un secreto compartido con su "amiga Cristina" (Moreno) y que no debería decir. Fue entonces cuando reveló que la sugerencia de situar a José Camarasa como vicepresidente de Bancaja, en sustitución de Josep Maria Cataluña, fue del propio Camarasa. "La propuesta la hizo Pepe Camarasa", dijo públicamente, según varios de los presentes en la sala. El ex diputado se incorporará hoy a su plaza de funcionario en la dirección territorial de Sanidad, dado que el Consell le negó la comisión de servicios especiales si ocupaba puesto de asesor en la FVMP. Fuentes del PSPV indicaron que Camarasa se sentará probablemente en los consejos de administración de firmas participadas por Bancaja.