Ayer por la mañana brotaba el agua por todos loa caños de la fuente de la plaza
¿Agua para todos? ...o ¿Agua por alguien?
¿PARA QUÉ QUEREMOS UNA FUENTE?
No suelo escribir en primera persona pero en ocasiones vale la pena hacerlo, por aquello de la máxima sinceridad unida a un estupor rayano en lo increíble.
Y es que los políticos, en ocasiones, hacen gala de no saber donde tienen la mano derecha, aunque en esta ocasión sea la derecha la responsable.
Hace un par de días un fasto popular se hacía realidad palpable, a pesar de la solana que caía a las doce del mediodía. Motivo?: las obras de la Plaza de la Constitución iban a ser inauguradas “oficialmente” por el vicepresidente Rambla a quien acompañaba nuestro alcalde, la corporación municipal (no bajo mazas) y un pueblo (no mucho la verdad) que contemplaba expectante el suceso que estaba aconteciendo en la famosa fuente de los 21 caños que junto a plataneras centenarias dan sombra a un espacio más bien reducido de la mencionada plaza. Pues bien, después de mucho tiempo, quizás más de dos años, la fuente, los caños, todos ellos comenzaron a manar de nuevo. ¡Albricias! Exclamaría más de uno, ¿pues no decían que se malgasta el agua, y por eso no funciona?
Estaba convencido que la ilustre visita nos traería el gozo de ver fluir el agua de nuestra fuente más venerable y señera, esa que ilustra en piedra la escena del toro de la cuerda como símbolo de la tradición festiva de Chiva. Pero no fue así, Rambla se fue, quizás absorbido por una avenida y la fuente como se esperaba se secó de nuevo, es decir sus caños dejaron de manar agua porque nuestro ayuntamiento tras pulirla y adecentarla decidió: ¡basta de despilfarros!
Me preguntaba si costaría mucho el dejar que la fuente fluyera y caso de que el agua no sea potable un letrero podría anunciar el hecho de que no es apta para el consumo. mucho me temo que el agua de nuestra fuente ha sido el fruto de unas pocas horas de política de pueblo para mayor gloria y honor de nuestros munícipes, debido a la visita del honorable a quien deseamos un pronto regreso, para poder ver de nuevo en funcionamiento a nuestra fuente de la plaza, una fuente que debería estar manando agua, porque si no ¿para qué queremos una fuente?.
EL CRONISTA
