El ministro de Fomento, José Blanco, salió ayer por la puerta grande en su visita a Valencia, donde tuvo una apretada agenda en la que no escatimó protagonismos al Consell ni al Ayuntamiento. Primero compartió el primer recorrido del AVE en la Comunidad Valenciana con el consejero de Infraestructuras y Transportes, Mario Flores, transmitiendo una inequívoca sensación de acuerdo y cooperación entre ambas administraciones, muy inversa a la fricción ininterrumpida que el Consell mantiene con el Gobierno central.
Después envolvió a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en esa misma atmósfera de consenso y diálogo, en una reunión en la que la munícipe le expuso un amplio espectro de reivindicaciones en el que no faltaron el puerto y el aeropuerto. Barberá expresó satisfacción y tuvo palabras de reconocimiento para el ministro, que, siguiendo el trazado que inició con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y con el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha imprimido nuevas y fluidas maneras a las relaciones que su departamento, con otros responsables, mantenía con las demás administraciones.