martes, 8 de septiembre de 2009
BLANCO EN NUESTRA COMARCA
La visita del Ministro de Fomento, José Blanco, a Valencia se ha hecho a todo tren. La visita del ministro para comprobar el estado de las obras de la alta velocidad ha incluido un trayecto en tren de pruebas.
Ha sido la primera vez que "oficialmente" se ha circulado por el trazado del AVE Madrid-Valencia, a poco más de un año de la inauguración oficial de la infraestructura. El tren de pruebas BT de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) ha realizado el trayecto entre Buñol y Valencia. El convoy ha circulado porque es autopropulsado diésel y no necesita hacer uso de la catenaria. Estos trenes suelen realizar labores de "auscultación y mantenimiento" de las vías.
El tren ha partido de Buñol, donde acaba el túnel de la Cabrera de 7.250 m de longitud procedente de Siete Aguas, y que es el de mayor longitud de la línea de alta velocidad desde Madrid. La llegada será en torno al viaducto del AVE sobre la V-30 y el nuevo cauce del Turia, hasta donde se han instalado las vías de alta velocidad.
EL MINISTRO VISTO Y NO VISTO
El guionista Azcona y el cineasta Berlanga no lo hubieran escenificado mejor.
El lugar, un paraje algo inhóspito del portillo de Buñol, en él una pléyade de jóvenes representando a los medios de comunicación; los representantes de Adif, empresa que construye el AVE, los inveterados miembros de la seguridad (muy puestos ellos) y al poco coches de la Generalitat con representantes de la consellería de Obras Públicas, y un poco más tarde la pequeña comitiva ministerial.
Y esperando las buenas nuevas, un grupo de militantes socialistas con ilusión por saludar a José Blanco, y sentir como propias la satisfacción que produce una obra de este tipo que además de vertebrar una parte importante de nuestro país, va a generar nuevas expectativas de crecimiento y prosperidad a esta comunidad.
Eso esperábamos y con “eso” tuvimos que conformamos. Es decir con la rápida salida del ministro de su automóvil oficial, y la entrada a un tren especial de locomoción diésel que le llevaría hasta Valencia en una especie de inauguración oficial del trazado ferroviario.
Los militantes optamos por presenciar esta rápida sucesión de hechos; nos sentimos un poco bobos y pensamos que las cosas habrían de suavizarse ante un buen almuerzo, con los correligionarios, como así se hizo.
No sé lo que pensaban los demás, pero a mí me dio la impresión que sólo faltaba una banderita para saludar enfervorizado la llegada del prócer, por si tuviéramos la suerte de poder, no lo que se solicitaba en la referencia cinéfila de “Mr. Marshall”, sino el compartir unas frases de aliento para quienes sin la alharaca oficial hacen su trabajo en silencio y sin esperar nada a cambio.
La próxima vez que me convoquen, pues... no iré.
EL CRONISTA