martes, 11 de agosto de 2009
La sombra del caso Gürtel se cierne sobre Barberá
Por segunda vez desde que comenzó la operación Gürtel, todos los ojos vuelven a centrarse en la alcaldesa de Valencia. Ayer, la policía judicial se personó en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para recabar documentación sobre la etapa de Rita Barberá al frente de la institución y su relación con la trama de corrupción. El requerimiento viene firmado por el juez Antonio Pedreira, encargado de instruir la rama madrileña del caso Gürtel.
La noticia llega cuando aún no se ha apagado la polémica por la filtración de una conversación en la que Álvaro Pérez, lugarteniente de Correa, reconocía que enviaba bolsos Louis Vuitton a la alcaldesa. "No nos da nada, pero tampoco nos hace nada", confesaba.
La publicación de la transcripción provocó una reacción sin precedentes del PP. A través de un comunicado, los conservadores denunciaron una conspiración del Estado para acabar con la oposición. La propia Barberá pasó en pocos días de negar los regalos a justificarlos: "Todos los políticos reciben regalos", afirmó. Ayer, de nuevo, volvió a negar cualquier dádiva y achacó la polémica a un intento de "ensuciar" su nombre.
Cuando la férrea defensa del PP parecía empezar a diluir los titulares, el requerimiento de Pedreira vuelve a poner a Barberá y su gestión en mitad del huracán. Concretamente, el magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid solicita a la institución todos aquellos contratos firmados entre 2000 y 2004 con la trama empresarial que dirigía Correa. Dos sociedades destacan entre ellas: Special Events y Pasadena Viajes. Según desvelaron Público y El País en mayo de este año, entre ambas facturaron más de un millón de euros a la institución.
De la Cruz podría haber recibido 30.000 euros de la red corrupta
El pago más importante fue el de la primera. Special Events cobró más de 800.000 euros por la organización de las asambleas generales de la FEMP de 1999 y 2003. Costaron 232.305 euros y 570.000 euros, respectivamente.
El encargado de firmar los contratos era Álvaro de la Cruz, secretario general de la entidad y mano derecha de Barberá durante su presidencia.
¡Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita!
Todo el que la conoce asegura que la alcaldesa de Valencia es de esas personas que ponen el alma en lo que hacen. Es algo que se nota, que no se puede disimular. Rita Barberá no está acusada ni imputada en ninguna de las tramas de corrupción que enmarañan (con perdón) al Partido Popular. Sólo se sabe que Álvaro Pérez, alias El Bigotes, virrey en Valencia de Francisco Correa, asegura que lleva cuatro años regalando a la alcaldesa bolsos de la marca Louis Vuitton. Cuando se conoció ese dato, Barberá puso toda su alma en negar la maledicencia. “Jamás en la vida he recibido regalos” de El Bigotes, aseveró santa Rita. Poco después, puso toda su alma en comparar tal obsequio, o los trajes de su compañero Camps, con las anchoas que Revilla regala a Zapatero. Cuando hasta las fallas de Valencia se descojonaron de la comparación, santa Rita puso toda su alma –en plan Cospedal– para denunciar la persecución a la que jueces, fiscales, policías y periodistas, todos ellos a las órdenes del Gobierno, están sometiendo al PP.
El TSJM reclama ahora a la Federación de Municipios y Provincias las adjudicaciones que este organismo hizo a las empresas de Correa y El Bigotes mientras Barberá fue presidenta. Santa Rita no tiene nada que ocultar, así que muestra con orgullo su Louis Vuitton, modelo ‘Alma’.