La huella de asfalto queda en la acera recién arreglada
Haro deja huella en el cruce de Sevilla y Santiago Apostol. Es otra más de sus obras de urgencia para intentar engañar a los vecinos y vecinas después de seis años de desastre y ruina económica para el Ayuntamiento. Este jueves, a horas de otra de sus fiestas, la de inicio de la campaña electoral, sus brigadas asfaltaban y pintaba las calles a toda marcha, para disimular el abandono al que somete al pueblo durante todo su mandato. Pero ni siquiera esto lo hace bien. Pinta y mancha de asfalto lo recién pintado. Así que volverá a pintar. Es a lo que ya tiene acostumbrados a los vecinos: levanta una calle, la tapa; la vuelve a levantar, la tapa; y la levanta por tercera vez. El dinero es de todos y alguien se lo lleva. Aunque, como también es costumbre de Haro, el dinero de chivanas y chivanos nunca es para trabajadores ni empresas del pueblo.