Después de 17 años de gobierno del Partido Popular,
el Sector Agroalimentario Valenciano es más pobre, menos estructurado, más
débil y está abandonado a su suerte.
El Título II del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana,
el que se refiere a los derechos de los valencianos y las valencianas, en su
artículo 18 establece:
“Desde
el reconocimiento social y cultural del Sector Agrario Valenciano, y desde su
importante labor en la actividad productiva, en el mantenimiento del paisaje,
del territorio, del medio ambiente, de la cultura, de las tradiciones y
costumbres más definitorias de la identidad valenciana, la Generalitat adoptará
las medidas políticas, fiscales, jurídicas y legislativas que garanticen los
derechos de este sector, su desarrollo y protección, así como de los
agricultores y ganaderos”.
La “carta magna” valenciana reconoce específicamente
al Sector Agrario Valenciano y asume para su autogobierno las plenas
competencias, sin perjuicio de las bases y
ordenación de la actividad económica general del Estado, en materia de
agricultura, ganadería, alimentación, actividad pesquera, recursos forestales,
ordenación del territorio, etc.
A pesar de ello, el Partido Popular, con sus
actuaciones ha propiciado durante sus años de gobierno un claro desarrollo
desequilibrado en perjuicio del mundo rural. Es evidente que el Consell no ha
tenido una política de desarrollo rural propia y, la falta de planificación
estratégica unido a la inexistencia de un modelo agroalimentario propio,
valenciano, consensuado y evaluado, nos ha llevado a que nuestra agricultura y
nuestra ganadería atraviesen la peor
crisis de su historia, no precisamente por los efectos de la crisis económica
actual, sino porque desde hace más de quince años, la renta agraria está cayendo
sistemáticamente año tras año, y ello a pesar de que el sector agroalimentario
es el primer sector económico exportador de la Comunidad Valenciana.
Pero los socialistas valencianos tenemos una
alternativa que propugna un claro Modelo Agrario Valenciano. Un nuevo concepto
de agricultura, la agricultura del
mañana, hecha por las personas, mujeres y hombres del mundo rural, y para
las personas, los consumidores jóvenes y mayores, de la ciudad y del campo, de
nuestro territorio y de otros países. Todos ellos se merecen calidad y
necesitan seguridad alimentaria, exigen sostenibilidad medioambiental y piden
conservación de tradiciones, costumbres y paisaje.
Los socialistas nos comprometemos a afrontar el
desarrollo rural desde una visión integral y hacer de las zonas rurales un
lugar más atractivo para vivir y trabajar, invirtiendo el actual proceso de
abandono, dotándolas de medios para que generen su propio desarrollo y salgan
de la crisis en la que están inmersas. El mundo rural debe ser valorado como se
merece por el conjunto de la sociedad.
La economía agroalimentaria es y debe ser el
principal motor del mundo rural, y para ello es necesario que la productividad
alcance los niveles adecuados. Es urgente tomar medidas para una verdadera “reforma
de las estructuras de producción y de comercialización”. Tenemos
alrededor de doscientas mil hectáreas con instalaciones de riego modernizadas y
que debemos dimensionar, gestionar, y
planificar con vocación de mercado, y tener en cuenta que ello puede suponer la
creación de nuevos miles de puestos de trabajo. La situación de las
cooperativas agroalimentarias y del tejido empresarial valenciano,
tradicionalmente eficientes exportadores y eslabones fundamentales del
desarrollo del sector agroalimentario, requiere de una profunda
reestructuración y adaptación, teniendo en cuanta además que son estructuras,
en el caso de las cooperativas, unidas al territorio y por tanto motores
generadores de empleo rural.
La actividad ganadera, la cinegética, los recursos
forestales, la gestión del monte, el turismo rural, la industria
agroalimentaria tradicional, y en general las actividades económicas asociadas
al territorio rural son los instrumentos básicos con los que contamos para
hacer del medio rural un lugar vivo, generador de proyectos de vida viables
para los jóvenes y donde contribuir a la creación de empleo.
Necesitamos desarrollar un verdadero programa de
modernización de las explotaciones agrarias, avanzar en la gestión eficiente y
eficaz del regadío, mejorar las explotaciones ganaderas, dimensionar
adecuadamente la oferta, potenciar las iniciativas de transformación e
industrialización, fomentar los mercados locales sin olvidar la
internacionalización, establecer planes de orientación de la producción hacia
mercados emergentes, etc; y todo ello asegurando la renta a los eslabones más
débiles de la cadena, los productores.
La propuesta socialista es sencilla; se trata de
desarrollar el artículo 18 del Estatuto de Autonomía creyendo en los hombres y
mujeres del mundo rural, apostando por los agricultores y ganaderos, creando
juntos una propia Política Valenciana que responda de verdad a lo que
necesitamos, capaz de generar empleo y de fijar a la población con verdaderos
proyectos de vida ilusionantes y realizables.